martes, 19 de mayo de 2015

Gorda de Botero

Gorda de Botero


La belleza de la gorda,
¡qué belleza!
Gran Botero cultor del erotismo.
La ríspida flacura de la moda
exacerba tu mente y me estremece.
Un mundo donde carnes voluptuosas,
y grasas esmeradas y cerriles
triangulen
tu visión de la locura amatoria,
se avecina,
se presiente,
devolviendo el sentido
a los placeres
sin privarse de los dones.
¿Quién puede ser feliz en la apretura?
No hay pechos abreviados,
no hay festones
que realcen el trasmundo que visitas;
hay mujer
en la forma desbordada,
en la calenturienta raza que perfilas
y sentencias
como mago inusual, como poeta.

En las columnas que sostienen a tus dioses,
de piernas excesivas y redondas
amparas al destino y lo iluminas.
En nombre de las gordas
te redimo del torpe crítico
esclavo de pasarelas de anorexia.
Por la dieta frustrada en espejismos,
por el terco tamaño de caderas
que anhelan hijos tuyos,
hombre eterno, yo te amo.

Por la piel que delata con vehemencia
la lujuria que ofrendas en tus cuadros
que liban como célibes abejas
el dolor del vacío,
te declaro pastor de los rebaños.
Galardono el coraje de tus fuegos,
los añejos fanales del pincel,
la axila remontada,
las drupas de los pechos orgullosos,
y rezo por la luz de tu mirada,
la devota luz que enciendes en la tarde.


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