Sexualidad
tardía
La poesía, esa pariente pobre de la Literatura,
que en realidad no se lee
porque es el género más difícil de leer,
tiene algo que reclamar a los huéspedes del
insulso menosprecio.
¿Son los poemas entes esquizoides?, ¿material
putrefacto?,
¿afectarán sus mensajes la quejumbrosa rueca de la
tarde?
¿Cabe un cielo en el hollejo de una fruta?
¿Se evaporará el prado de las alcantarillas,
el día después?
El punto débil que enrolla los tapices de la
locura crítica
está apestando de falacias el planeta.
¿Mil años de educación no pudieron contra esto?
Me sorprendo tanto que, a veces, no me lo creo.
¿Con qué lenguaje fatídico quienes juzgan,
aman,
odian,
se escandalizan del exterminio,
copulan en mangas de camisa,
toman su café con leche imprudente
o se esfuerzan por aceptar urdimbre y trama?
Siento pena por ellos.
Antes era curiosidad, fascinación y duda.
Ahora, solo pena.
No respondo al cuerpo de secta.
Nadie es más que nadie, ni tampoco menos.
Cuando estés en condiciones de ser libre,
-si se piensa, no se entiende-
podrás hacer tu propio sistema de ideas;
ese sistema ha de ser coherente e integral.
Único.
¿Quién podría torcerte la palabra?
No repitan los discípulos a sus maestros.
Enséñenles su propuesta humildemente,
como un vasallo,
sin desterrar la sabiduría cuajada en las bibliotecas.
Así nace un poeta.
Te puedo asegurar, amigo mío,
lector entre lectores,
que la mayoría se contenta con el papel
que los habilita como catedráticos
y no tienen idea cabal de lo que significa
la cohesión inaugural de pensamiento lírico,
aún sumido en arrabales oscuros
o ahogado en las costas de islas inhabitadas.
Convengamos sobre su alto grado de ignorancia en
el vuelo imaginativo
y no
frivolicemos la abstracción de sus opacidades,
porque ellas resisten su desarrollo o deterioro,
a solas o en cálido concubinato.
La poesía, al igual que el sexo, se aprende a
edades tardías.
Cualquiera puede hacer un cuadro
en blanco
y alegar que es arte del vacío.
Raramente, si alguna vez ocurre,
mean fuera del tarro, quienes tienen algo que decir.
Volar no es solo para los pájaros.
Anímate a ser caballo alado.
https://books.google.com.ar/books?id=ojAIwNmmUnEC&pg=PA185&lpg=PA185&dq=spinoza+caballo+alado&source=bl&ots=59u_2S071r&sig=_Rxd1zX1zh07tfFAyTNWNB8a52Y&hl=es-419&sa=X&ved=0ahUKEwiYr6yGrKTTAhWIi5AKHdA6Af8Q6AEIKjAC#v=onepage&q=spinoza%20caballo%20alado&f=false
ResponderEliminarSpinoza
El caballo alado (sobre una idea de Spinoza, Ética XLIX)
1. Supongamos que un poeta
escribe sobre un niño
que sueña con un caballo alado.
2. Supongamos que el poeta
no percibe entonces otra cosa
que la existencia del niño y su sueño.
3. Por tanto
el poeta necesariamente considerará
al niño y su sueño como presentes.
4. Es decir, que
no podrá dudar tampoco de la existencia
del caballo alado
aunque no esté seguro de ella.